jueves, 29 de abril de 2010

sobre el gusto de JRRZ por el vino


Julio Ramón Ribeyro disfrutaba de la soledad y el silencio y se solazaba en su timidez. Este perfil lo podría haber acercado a la austeridad y, en el extremo, al ascetismo. Sin embargo era un gran apreciador de los placeres mundanos. En su cuento "La Tía Clementina" (que forma parte del volumen Relatos Santacrucinos) presenta la historia de una tía que de solterona fija, pasó a bien casada y después a viuda estoica.
Cuando ella muere, la familia, recuperada del trauma de la pérdida, se reúne para escuchar la lectura del testamento. "A mi familia la receta del queso de naranja: dos tazas de ...." y "mis bienes los lego en su integridad al Papa, con la condición que haga misas diarias en el Vaticano por mi alma ...".
La familia impugnó el testamento logrando finalmente los herederos, que eran más de cien, recibir lo suyo. Ribeyro, uno de los beneficiados, cuenta: " A mí (me tocó) lo suficiente para comprarme diez cajas de un excelente Larcis Ducasse 1982, Grand Cru, Saint Emilion que me duraron sólo tres meses".

miércoles, 28 de abril de 2010

MUSEO-BIBLIOTECA EN LA CASA DE RIBEYRO

Lucy de Ribeyro, viuda de Juan Antonio Ribeyro, el entrañable hermano del escritor, delante de la casa cuyo sótano ella está convirtiendo en galería de fotografías y cartas.

Notas sobre el fallecimiento de JRRZ

Notas sobre el fallecimiento de JRRZ

ANÉCDOTA DE JULIO RAMÓN RIBEYRO

El curita profesor de colegio andino que encontré en al Feria de Huanta. No sé cómo terminamos almorzando y tomando cerveza juntos en una tienda campestre. “Julio Ramón Ribeyro”, decía mirándome arrobado, “quién lo iba a pensar”. Estas y otras frases del mismo género (“Me parece mentira, Julio Ramón Ribeyro”) puntuaron nuestro encuentro. Cuando nos despedíamos, al estrecharme la mano calurosamente, añadió: “Y decir que he almorzado con el autor de La ciudad y los perros. Quedé lelo. Todo había sido el producto de un equívoco. No lo desengañé, ¿para qué? Que me atribuyera además la célebre novela de Vargas Llosa me pareció lisonjero. Que más tarde descubriera su error y me tomara por un impostor poco me importa.

viernes, 23 de abril de 2010

J. R. RIBEYRO NO CULMINÓ "EL ABOMINABLE"

Un año después de su muerte, el 3 de diciembre de 1995, el diario norteño La Industria publicó El Abominable, el único avance que se conoce de este volumen, recogido luego en Ribeyro, la palabra inmortal (Tierra Nueva, 2008), de Jorge Coaguila, y recientemente en la edición definitiva de La palabra del mudo (Seix Barral, 2009).

El Abominable narra la historia de dos antiguos amigos convencidos de que el Hombre de las Nieves habitaba no en el Himalaya, sino en los Andes centrales del Perú, exactamente en la cordillera de la Viuda. Según sus especulaciones, El Abominable se sentía más tranquilo en un nevado peruano que rodeado de mil millones de chinos. Así que, provistos de carabinas, ropas de abrigo y botiquín de primeros auxilios, parten en su búsqueda, en un recorrido accidentado. El relato termina cuando los amigos instalan su carpa en tierra yerma, en las faldas de cumbres nevadas, y sienten que en ese momento empezaba la verdadera aventura.

Los originales de El pedestal sin estatua deben andar revueltos entre los papeles del escritor. A ochenta años de su nacimiento y a quince de su muerte, no sería mala idea publicarlos en un volumen. Quienes hemos leído El Abominable y quedamos, como se dice coloquialmente, con la miel en los labios, quedaremos eternamente agradecidos.

sábado, 17 de abril de 2010

La tentacion de Ribeyro (articulo de Peru.21)

Artículo aparecido en el diario Limeño Peru.21, el día 30 de agosto del presente. En breves líneas as hablan sobre su vida y sus obras en claro homenaje por el 80 aniversario de su natalicio.


"Mi amistad con JRRZ" - Testimonio de José Belaúnde


José Belaúnde M, envió una carta a la revista peruana CARETAS -la cual luego colgó completa en su blog- en la que nos cuenta un poco sobre la amistad que tuvo con JRRZ, de los años que convivieron en Alemania y de un conato de retrato del autor realizado por su hija y frustrado por la muerte de este.

CARA ENVIADA POR JOSÉ BELAÚNDE MOREYRA

Miraflores, 28 de diciembre, 2009

Señor
Marco Zileri
Director de Caretas
Pte.

Estimado Señor Zileri:

A propósito del escritor Julio Ramón Ribeyro, de quien su revista se ha ocupado recientemente, pienso que el siguiente testimonio personal puede ser de algún interés.

En el segundo semestre de 1957 yo heredé el cuarto que alquilaba un amigo peruano de apellido Forno en un departamento en que se alojaban otros peruanos artistas que estudiaban en Berlín. El amplio departamento ocupaba todo el tercer piso de una antigua casa situada en Bayerisher Platz en Berlín Occidental. La vivienda pertenecía a un caballero prusiano de origen lituano apellidado Josupeit, que estaba algo mal de la cabeza y de quien se ocupaba su antigua ama de llaves. Mis tres compañeros inesperados eran el director de teatro, Jorge Sánchez Pauli, con quien yo discutía todo el tiempo; Alejandro Cortez, un ex compañero de colegio, que después demostró tener grandes condiciones como actor; y Julio Ramón Ribeyro, que era algo nervioso, tímido y reservado. El dormitorio vecino al mío lo ocupaba una alemana regordete que ni nos miraba, pero de la que Julio Ramón estaba perdidamente enamorado, quizá porque a ella le sobraban algunos kilos que a él le faltaban.

Sanchez Pauli y Cortez estudiaban dirección escénica y asistían a los ensayos del famoso Berliner Ensemble que dirigía Helene Weigel, la viuda de Bertold Brecht en Berlín Oriental (eso era antes de que se levantara el muro de Berlín, y se podía ir libremente al lado triste de la capital alemana). Julio Ramón tenía una beca para estudiar fotografía y, además, escribía. Yo estudiaba música en el Conservatorio de Joachimsthalerstrasse. A veces cenábamos juntos pan, “schiebewurst” y queso. Cuando se tiene oportunidad de convivir algunos meses con una persona uno llega a conocer muy bien sus cualidades y defectos, pero de Julio Ramón sólo recuerdo un defecto: el infaltable cigarrillo que llevaba siempre prendido en los labios.

Algunos meses después, estando ambos de vacaciones, coincidimos en el restorán de la estación del tren en Chosica, que era entonces un sitio muy concurrido. Me dijo que yo le había inspirado un personaje de uno de sus cuentos, pero como no anoté el título ni qué personaje nunca llegué a enterarme qué pensaba de mí realmente. Entonces, a decir verdad, yo ni sospechaba que él llegaría pronto a ser un autor famoso.

Años más tarde, ya enfermo, regresó a vivir en Lima. Yo lo invité a venir a mi casa y le presenté a mi hija Sofía, la cual se ofreció a pintarle un retrato, a lo que él accedió gustoso. Pero el proyecto fue frustrado por su muerte acaecida poco después y sólo quedó del proyecto un retrato a lápiz y algunos bocetos que espero que algún día mi hija se anime a exponer.

No me siento autorizado para juzgar del valor literario de su obra, pero lo que sí puedo afirmar es que Julio Ramón era del tipo de personas que se ganan rápidamente el aprecio de los que tienen oportunidad de tratarlos de cerca, por su sencillez, su humildad y su ausencia de toda pose de estrella pese a su fama. Me apena que haya quienes se atreven a desmerecer su memoria.

Cordialmente,

José Belaunde Moreyra

jueves, 8 de abril de 2010

JRRZ en la Feria del Libro de Ricardo Palma-Miraflores 2007



















Fotos sobre las apariciones de Julio Ramón Ribeyro en las anteriores ediciones de la feria (que en este número era 28 edición de la misma)



GALERÍA DE CARICATURAS






Galería de caricaturas de Ribeyro. Cada foto es obtenida de sus sitios web de origen. La tercera foto se obtuvo de la UNMSM en homenaje al autor en el año 2004.















Dos cartas inéditas de Julio Ramón (Ángel Esteban)

Mucho se ha insistido en la indiferencia de Julio Ramón Ribeyro por el destino de sus libros en el mercado editorial. Interpretación, por cierto, que el propio escritor se encargó de alimentar como un misticismo personal. Esta indiferencia, sin embargo, deberá replantearse a la luz de las presentes misivas.

La difusión de la obra del gran cuentista peruano en España es todavía una batalla que algunos lidiamos. Pero esa guerra empezó hace muchos años y fue el propio Julio Ramón quien la desató. No creo que sea objetiva la imagen que a veces se difunde de Ribeyro acerca del poco interés que mostraba en la difusión de su trabajo literario.
Las constantes cartas a su hermano, Juan Antonio, desde Europa evidencian los esfuerzos que los dos hicieron durante años para la edición de toda la obra a ambos lados del Atlántico y por la introducción de su creación narrativa en otros ámbitos diferentes al hispánico, a través de las traducciones.
La obra de Ribeyro en España comenzó a publicarse sobre todo a partir del decenio de 1970, cuando se difundió tímidamente la edición de Los geniecillos dominicales por la editorial Círculo de Lectores. Luego llegarían las Prosas apátridas en Tusquets (1975), y más tarde el resto de las novelas y una selección de relatos cortos.
En este sentido, la década de 1990 fue muy fructífera, pues a la publicación que prologara Bryce de algunos cuentos en Tusquets se unió la edición magnífica de Alfaguara en 1994 de los cuentos completos, y las posteriores (1998) de Cátedra y Austral, con buenas selecciones y mejores prólogos.
Una de las personas que más contribuyó, en una primera etapa, a la difusión de la personalidad literaria de Ribeyro fue Carlos Meneses, “Coco” para los amigos; “Coco”, por tanto, para Julio Ramón. Meneses conoció a Julio en plena juventud, pues vivían en Miraflores y pertenecían al mismo grupo de amigos, casi todos ellos interesados por la literatura y el arte.
Más tarde, coincidieron una temporada en París, hasta que “Coco” se instaló en España, donde todavía reside. Ya en 1969, Julio escribía a su amigo (carta del 13 de mayo) con el deseo de ir a verlo a Mallorca. A Julio le gustaba pasar temporadas en España, después de aquella primera larga estancia a mitad del decenio de 1950. Y lo hacía cuando podía, es decir, cuando algún amigo lo acogía, junto con Alida y Julito, para pasar algún tiempo vacacional.
Por ejemplo, con Emilio Rodríguez Larraín en Llantsá, en Carboneras, entre otros. Pero los planes mallorquines se truncaban: “Querido Coco –escribe Julio Ramón–: parece estar escrito que nunca viajaremos a Mallorca. Cuando ya nos aprestábamos a responderte que reservaras la habitación en El Arenal, llegó cable de Lima confirmándole a Alida que tiene un pasaje en APSA para el Perú. (...) de este modo nuestro viaje mallorquino queda anulado. Tal vez el próximo año...”
En una carta del 10 de abril de 1975 (que, como ésta, ha sido gentilmente facilitada por Carlos Meneses), Julio Ramón contesta a “Coco” acerca de asuntos estrictamente editoriales. Por aquellas fechas, Milla Batres publicaba por entero la obra ribeyriana en español, pero ya se habían hecho muchas gestiones para conseguir ediciones peninsulares. Es la época en que se editan las Prosas apátridas, que tuvieron una escasa repercusión en España, no obstante contar con una editorial de prestigio y difusión: Tusquets. Reproducimos a continuación el texto íntegro de la carta, escrita a máquina pero con una anotación manual al margen:

Dos cartas inéditas de Julio Ramón (Ángel Esteban)

París, 10 de abril 75 (*)

Querido Coco:
Contesto tu carta del 3 de abril.1
Te agradezco el interés que pones en lograr que se me edite y se me conozca en España y tomo nota de tus gestiones ante la editorial Laia.
El problema reside en que los derechos sobre mis libros editados los tiene Carlos Milla Batres y yo no puedo tomar ninguna determinación al respecto sin consultarle.
Milla tiene sin embargo la intención de reeditar mis cuentos en colaboración con alguna editora española. Sobre eso conversamos hace unos días en Paris (sic)2, pues estuvo por aquí de paso. Le diré pues que Laia tiene interés en el asunto y le aconsejaré que se ponga directamente en contacto con Alfonso Comín.
Te dije creo que Tusquets editará un tomito mío con prosas. El libro está ya en prensa. Cuando salga haré que te envíen un ejemplar para que le hagas un poco de bulla en tu isla. Es el primer libro que publico en la “Madre Patria”3 y confío, si bien no se dirije (sic) al gran público, que me sirva de introducción o acceso a otras editoriales.
Sin más por ahora, un fuerte abrazo de


Julio Ramón

Dos cartas inéditas de Julio Ramón (Ángel Esteban)

París, 21 de diciembre de 1981 (*)

Juan:
Esta te la enviaré con Cayetana Rodríguez Larraín, que viaja mañana a Lima. Y las siguientes trataré de enviarlas por valija diplomática, pues ya me parece raro que mis dos o tres últimas cartas se hayan perdido. Y no me gusta nada que extraños se enteren de mis intimidades o se aprovechen de mis esporádicas pero valiosas genialidades epistolares.
Mi viaje a Lima se debe producir en febrero, lo que te confirmaré antes de fin de año, pues depende del rol de vacaciones de Julito, que está por publicarse. Ese viaje a Lima debo empalmarlo con otro a México y Estados Unidos, donde he sido invitado a sendos coloquios literarios, previstos para fines de febrero.
Aun no he enviado a Lima el artículo en que hablo de la “quinta”. Hace más de un mes que está escrito, pero no sabía a qué diario mandarlo y luego no estaba muy satisfecho con su redacción. Ahora lo estoy reescribiendo. Pensándolo bien, es mejor que suprima toda alusión concreta a tu residencia, pues no sabemos qué consecuencias puede traer. Cuando me refiera a las construcciones de adobe en el Perú que figuran en la exposición que hay en París mencionaré a todas nominalmente, salvo a la quinta. Diré solamente: “y una hermosa y antigua quinta miraflorina, donde pasé los años más románticos y locos de mi juventud”. Lo que es cierto, pues te acordarás de 1959 y 1960, cuando venían a la quinta Buendía, Leslie, Hernando, Bendezú, escuchábamos discos franceses, nos íbamos luego al Violín Gitano, terminábamos la noche en blanco en una playa del sur… ¡Y tantas otras cosas!
Tengo tres o cuatro artículos más, pero sigo dudando dónde enviarlos. El Comercio es más leído, pero pagan sólo 50 dólares por colaboración, aparte de que su plantel de colaboradores es flojo. He visto un ejemplar de El Observador y me gustó su formato, diagramación, impresión, etc. Pero no sé cuánto durará y a lo mejor mando allí mi material cuando ya haya quebrado. Hace dos días estuvo en casa un muchacho Danigno, que es algo así como viceministro de Economía, y me estuvo explicando los problemas que tiene el grupo de Rupp, propietario de este periódico, con el Ministerio de Finanzas y los organismos de crédito.
Sobre la aparición de mi libro en francés, el asunto anda con pies de plomo. La persona que en Gallimard se iba a ocupar de su promoción se enfermó y se ha ido de París por varios meses. Eso me obliga a asumir la propia promoción de mi libro, pero para ello no tengo ninguna cualidad. Tendría que invitar a críticos, hacer comidas y cócteles, enviar libros dedicados a personajes estratégicos, etc. lo que no está dentro de mi temperamento. Si el libro naufraga me daría pena, pues creo que se trata de una buena selección y de un valor equiparable a tantos otros libros promocionados. Pero no me afectaría mayormente. Yo estoy curtido para estas cosas.
Cambiando de tema, me alarmó mucho el grave trance de tío Milo, pues fue sorpresivo. Menos mal que está en Estados Unidos y pudo ser atendido eficazmente. Esas hemorragias gástricas son peligrosísimas y pueden trasladarnos al “otro lado del espejo” en unas pocas horas. Lo sé, pues cuatro veces me han llevado a mí en ambulancia al hospital, antes de mis operaciones.
Me interesa que me envíes el artículo o discurso de Vargas Llosa sobre la cultura. Se trata de un tema muy controvertido, el de la cultura, pues está ligado a otros o mejor dicho imbricado con otros: la política, la economía, etc. Yo tengo un artículo a medio escribir sobre la “identidad cultural”, que es uno de los caballos de batalla de la Unesco y que despierta en mí ciertas reticencias. Ciertamente hay una homología entre puertas abiertas a la cultura extranjera, liberalismo político y la economía del libre cambio. Pero el asunto es mucho más complejo. Yo quiero remontarme a los orígenes del problema y tengo otro artículo también inconcluso (como verás, empiezo todo pero no remato) que se llama “Teoría del primer ocupante”, en el que analizo sumariamente la noción de nacionalidad, cómo se forma, qué lo justifica o legitima. Esto da pie para abordar otros problemas conexos, como son el mestizaje, la aculturación, etc. No he construido aún los eslabones intermediarios, pero mi conclusión es que la cultura (en el sentido de creación, desarrollo, dinamismo, diferenciación) vive del intercambio. Tan nefasto es el nacionalismo cultural desaforado o autártico, que conduce al estancamiento e incluso la degeneración, como el cosmopolitismo a rajatablas, en el que se diluye lo propio o peculiar en una salsa insípida. El intercambio es indispensable, pero debe ser selectivo. Ello se nota hasta en la prehistoria o la etnología, donde encontramos modelos de canjes controlados. La exogamia tiene en ello su explicación: las etnias o tribus primitivas, tan cerradas en sí mismas, descubrieron que el comercio y trueque con sus vecinos era necesario para su supervivencia y desarrollo y aceptaron como moneda de cambio a la mujer, lo que permitía no sólo un cruce cultural sino genético. Toda la evolución del homo sapiens viene de allí. Si cada familia o etnia se hubiera mantenido en su territorio, sin contacto con lo exterior, la humanidad hubiera desaparecido o sería un agregado de grupos dispersos y autónomos, pero culturalmente petrificados. La evolución del mundo es dialéctica y proviene de la síntesis que nace del contacto de los contrarios. De allí mi defensa del mestizaje, como solución y esperanza de nuestra pobre raza humana. Más te diré otra vez, pues Cayetana viene para decirme que ya prepara su equipaje y necesita saber lo que tiene que llevar.
Un gran saludo por Navidad para ti, Luci y los sobrinos y espero respuesta tuya antes de mi viaje a Lima.

Julio Ramón

viernes, 26 de marzo de 2010

LOS GALLINAZOS SIN PLUMAS 1º PARTE

Corto editado por Daniel Rojas con escenas del film "caidos del cielo" de Pancho Lombardi, historia basada en el cuento del Peruano Julio Ramón Ribeyro.

LOS GALLINAZOS SIN PLUMAS 2º PARTE

Segunda parte del corto del film "caidos del cielo" de Pancho Lombardi, historia basada en el cuento del Peruano Julio Ramón Ribeyro.

LOS GALLINAZOS SIN PLUMAS 3º PARTE

Tercera parte del corto editado por Daniel Rojas con escenas del film "caidos del cielo" de Pancho Lombardi, historia basada en el cuento del Peruano Julio Ramón Ribeyro.

DICHOS DE LUDER (versión quechua)

Luderpa Rimasqan

(Julio Ramón Ribeyroh axllasqan)

- Imapitah llank'ankiri, nispan Luder wiraquchata tapuyunku.
- Huh musuh rimaytan sayarichiyta munashani, nispan kutichin.
- Chhaynaqa rimayá wakillantapis.
- Kusa. Nanay, waqipanachanakuy, qispiy . . .
- Chay rimaykunaqa ñan rihsisqaña.
- Riki. Ichaqa manan qankunaqa hamut'ayta yachankichischu, chay rimaykunata,nispan tukupun wiraqucha Luderqa.

- Manchay llakikuymi hap'iwashan, nispan rimarin Luderqa. Musuh llahta kamachikuhsi mana siyaruta pitanchu, mana uxyanchu, mana puxllanchu, mana warmitapis munanchu.
- Chayri imanantah.
- Sinchitapunin mancharikuni santu presidenteh kamachisqan kayta.

- Llakiyniyta sapa kutillan willakuhtiyqa manan runah
llakipayawananpahchu, nispan rimarin Luderqa
. Chay llakikuyniyqa runa masiy wayllusqaymi.
Nuqaqa sut'inchashanin lluy runah kusi puñusqanta
runamasinpa llaki phutiyninpa uhllayusqa puñusqanta.

Ribeyroqa - imaynan wayqichasqan runakuna willakunku hinayá - sinchitapuni pay kikin wayllupakuh, ichaqa manas chaywanpis kusisqachu rixurih. Tukuy imatapis qhawashallahmi chaymi sumahta tukuytapis phuturuh qilqasqanwan ñarah may k'uchupis kanman, pi runapis rixuriman; qhilli, wira taka wisllapis q'uchukuy qhipanta rixurinman chaytapis; wayna sipaspa munanakuyninkupi qhansanakusqankutapis; imaynatas tiyan awiyunpi ch'usah masin chaytapis; imaynatas walayu, qhariman sunqu, waysa runakuna qharita maskhanku Costa Azul machana wasikunapi chaykunatawanpis.






miércoles, 17 de marzo de 2010

DOCUMENTAL SOBRE LA VIDA Y OBRA DE RIBEYRO

Documental sobre la vida y obra del gran escritor peruano a 80 años de su nacimiento.